lunes, 26 de mayo de 2014


Olores por doquier, paseo por la Riera en las tardes mientras que voy conversando con mi madre, mis hijos o Marta, de vez en cuando nos detenemos en las tiendas donde en esta época hay rebajas, mucha gente dentro viendo y comprando, siempre hay algo que nos llama la atención, pero nada como pasar frente a una panadería, con ese olor a pan recién horneado, a pasteles, chocolate, croissants y ensaimadas, me detengo a observar esas delicias y el olor que invade toda la calle alrededor, todo tan bien colocado y a la vista, que es inevitable detenerse a comprar algo. Seguimos nuestra plática mientras caminamos y de vez en cuando, seguimos observando las vidrieras con zapatos, ropa, bisutería y adornos, hasta que volvemos a tropezar con una charcutería, de nuevo el olor, el olor a jamones, salchichón, chorizo, lomo embuchado y fuet, increíble entrar en la tienda y mirar todo alrededor, los jamones colgando en el techo, y todo mostrado de una manera magnífica, que no se puede salir de ahí sin haber comprado algo antes, así sea un poquito de 2 o 3 cosas para probar y deleitarse en casa con un buen pan con tomate y una copa de vino. Con el clima frío pareciera que los olores se intensifican y atraen más la atención, hasta parece que da más hambre de lo habitual, pero me agradan los aromas al pasar, despiertan el apetito y las ganas de probar.

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